Si para tus próximas vacaciones estás pensando en visitar bodegas galicia en las que se hacen los vinos más famosos de la tierra, puedes planificarlo de maneras muy diversas. Te contamos algunas de las más habituales y también sus pros y sus contras.
- Hacer la visita por tu cuenta. Se trata de averiguar qué bodegas permiten visitas y su horario y presentarse en la que se escoja a la hora que mejor nos venga. Se paga la entrada una vez allí y se realiza la visita de manera independiente. Tiene la ventaja de que no tienes que organizarte ni reservar plaza con nadie, pero también tiene un punto en contra muy importante y es que no todas las bodegas permiten este tipo de visitas. La gran mayoría prefieren que la gente que acude a verlas lo haga en grupo y con un guía por una simple cuestión de organización. Tener gente a cualquier hora pululando por las instalaciones no es muy seguro ni es tampoco recomendable para el trabajo. Si tienes un gran interés en visitar bodegas, esta forma no es la más recomendable. Si por el contrario vas a pasar igualmente por la zona y no te supone un problema quedarte sin ver el interior, puedes planteártelo.
- Una visita programada exclusiva para las bodegas. Son visitas en las que los que se anotan a la misma quedan con el guía en un punto determinado, realizan la visita y, una vez que se acaba, se van por su cuenta para continuar haciendo lo que deseen. Tienen una duración muy corta y se pueden llevar a cabo en muchas de las bodegas de Galicia, sobre todo en las Rías Baixas. Tienen la ventaja de que al ser de corta duración se pueden adaptar fácilmente en cualquier agenda. Pero pueden ser algo incompletas para quienes quieren conocer la zona.
- Un tour por la zona con la visita a las bodegas. Son pequeñas salidas de un día o de medio día de duración en la que se llevan a cabo diferentes visitas por la zona, ya sea a lugares de interés natural, museos o edificios importantes. Entre todo eso, se visitan bodegas. Es la opción más recomendable, ya que se puede tener una visión completa de la zona y llenar medio día o un día completo con actividades divertidas, como por ejemplo un viaje en barco y una visita a una bodega.