Hay recetas que son tan fáciles de hacer que querrás prepararlas cada vez que tengas visita porque sabes que vas a quedar genial sin tener que pasarte horas en la cocina. Una de ellas son estos bombones de coco que son perfectos para un postre, para cuando invitas a un café y, en definitiva, para cualquier momento. Incluso para llevar cuando te invitan a algún sitio y quedar muy bien con algo que no te va a costar nada preparar.
Para los bombones de coco caseros necesitas un bote de leche condensada de 130 gramos, 100 gramos de coco rallado que ya compras así, por lo que no tienes que molestarte en prepararlo. Necesitarás también cucharada grande de mantequilla o de aceite de coco, al gusto de cada uno. Pones todo eso en un cuenco y con la ayuda de una espátula lo mezclas. Mete la mezcla en la nevera para que coja un poco de solidez y resulte más sencillo manipularla.
Para la cobertura necesitas alguna de las coberturas de chocolate blanco online que hay para escoger, la que más te guste. Se prepara siguiendo las instrucciones del producto. Cuando la mezcla tenga un poco de cuerpo, haz con ella bolitas y ponlas sobre una bandeja de rejilla, colocando algo debajo para recoger el chocolate que caiga. Baña las bolitas y deja que el chocolate endurezca.
Cuando ya esté durito, te tocará darles la vuelta a las bolitas y cubrir la parte de abajo. Este último paso es optativo, ya que las bolitas pueden servirse perfectamente tal y como han quedado. Puedes decorarlas con un lápiz de chocolate negro o con chocolate negro de cobertura para trazar unas líneas decorativas. También con fideos de chocolate negro. O incluso con un poco de coco rallado si te gusta que tengan un sabor muy intenso a coco.
Puedes comprar papelitos para bombones y colocar cada uno en uno de esos papelitos para que la presentación sea más profesional. Si ya quieres un toque muy especial, puedes comprar moldes con formas de silicona. Los pincelas con un poco de aceite de coco o de girasol en su defecto y los rellenas con la mezcla de coco y leche condensada. Los metes en la nevera y cuando estén firmes los quitas para bañarlos en la cobertura de chocolate. Parecerán comprados en la mejor confitería de tu ciudad.